La importancia de realizar actividad física en la prevención de enfermedades crónicas

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física es cualquier movimiento corporal producido por el sistema musculoesquelético. Se considera actividad física a cualquier movimiento realizado para desplazarse a determinados lugares. Tanto la actividad física moderada como intensa ayudan a mejorar la salud. La práctica constante de actividad física se ha relacionado con la prevención y control de enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer, hipertensión, sobrepeso y obesidad, además de que ayuda a mejorar la salud mental.

La práctica de actividad física regular como caminar, montar en bicicleta, práctica de deportes o actividades recreativas ayudan a mejorar la salud. Se recomienda realizar cualquier actividad física en vez de no realizar ninguna. La inactividad física representa una de las principales causas de mortalidad por enfermedades no transmisibles. Las personas sedentarias tienen entre un 20% y un 30% más de riesgo de mortalidad en comparación con aquellas personas que practican actividad física.

Practicar actividad física de manera regular puede ayudar a mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio; mejorar la salud ósea y funcional; reducir el riesgo de hipertensión, prevenir cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, ciertos tipos de cáncer (cáncer de mama y de colon), depresión, disminuye el riesgo de caídas, además de sufrir fracturas de cadera o vertebrales; y ayuda a mantener un peso corporal saludable.

En los adultos mayores también es recomendable la práctica de actividad física ya que ayuda a mejorar su calidad de vida. La actividad física en adultos mayores puede mejorar la mortalidad por cualquier causa, los incidentes de hipertensión, cánceres (vejiga, mama, colon, endometrio, adenocarcinoma esofágico y cánceres gástricos y renales), los incidentes de diabetes de tipo 2, previene las caídas, ayuda a la salud mental reduciendo los síntomas de ansiedad y depresión, mejora la salud cognitiva, el sueño, además de que puede mejorar la acumulación de adiposidad.

El sedentarismo o inactividad física se ha relacionado con un incremento en el riesgo de presentar afecciones cardiometabólicas como hipertensión. En un estudio se encontró que la práctica de actividad física en combinación con cambios en el estilo de vida (alimentación saludable) ayudan a mejorar la salud. Una alta práctica de actividad física favorece la prevención de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras causas de mortalidad.

Una investigación que se llevó a cabo en el sur de Asia en adultos inactivos o menos activos se encontró que tenían un 31% más de riesgo de padecer hipertensión. Del mismo modo, el riesgo de enfermedades cardiometabólicas fue de 1.34 veces más entre los adultos inactivos. Se ha sugerido que la actividad física realizada en el hogar tiene un efecto protector contra el riesgo de cáncer de mama. La actividad física total y en el tiempo libre parece tener un efecto protector contra el desarrollo de osteoporosis tanto en hombres como en mujeres.

La OMS recomienda que se realicen actividades aeróbicas al menos 150-300 minutos a la semana o bien de 75-150 minutos de actividades anaeróbicas en personas mayores de 18 años. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

Organización Mundial de la Salud. (2020, 26 noviembre). Actividad física. OMS.

Lacombe, J., Armstrong, M., Wright, F. L., & Foster, C. (2019). The impact of physical activity and an additional behavioural risk factor on cardiovascular disease, cancer, and all-cause mortality: a systematic review. BMC public health, 19(1), 900.

Paudel, S., Owen, A. J., Owusu-Addo, E., & Smith, B. J. (2019). Physical activity participation and the risk of chronic diseases among South Asian adults: a systematic review and meta-analysis. Scientific reports, 9(1), 9771. 

 

 

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