Las dietas disociadas son aquellas en las que se indica que no se debe ingerir ciertos alimentos en una misma comida, en función de si tienen muchas proteínas, muchos carbohidratos o muchas grasas. Esto es debido a diversas razones como la digestibilidad, pues se crea una competencia entre dos alimentos por la misma enzima. Además, este tipo de regímenes alimentarios se han utilizado para disminuir el peso corporal.
Este tipo de dietas tienen su base histórica en las teorías de disociación de los alimentos ácidos (proteínas) y básicos (carbohidratos) de Hay (o Hays) durante la década de 1930. A partir de ahí han surgido distintos tipos de dietas disociativas como: dieta de Shelton (disociación por comidas: lácteos en el desayuno, carnes en la comida y verduras en la cena), la dieta de Antoine (disociación por días: carne los lunes, verduras los martes y huevos los miércoles), dieta Montignac (disociación por nutrientes y alimentos: incompatibilidad de hidratos de carbono y lípidos, limita los hidratos de carbono, frutas fuera de la comida), antidieta (incompatibilidad de hidratos de carbono y proteínas, alimentos ricos en agua 70%, alimentos concentrados 30%).
La dieta disociada que recomienda no mezclar proteínas e hidratos de carbono en una misma comida se basa en que las proteínas necesitan una digestión ácida y los carbohidratos una digestión básica, de modo que si son ingeridos al mismo tiempo no se pueden digerir y asimilar de forma correcta. Otro fundamento es que al separar los macronutrientes o grupos de alimentos hará que el funcionamiento del metabolismo se vea alterado para que el gasto calórico sea mayor a la ingesta de calorías. Asimismo, indica que los hidratos de carbono y las proteínas no deben ingerirse juntas para poder tener una digestión correcta y a su vez ligera.
Entre las características de este régimen es que los alimentos son clasificados en alimentos proteicos y alimentos hidrocarbonados, sin tener en cuenta que en la mayoría de los alimentos se encuentran cantidades importantes de ambos macronutrientes. Por ejemplo, el pan es un alimento rico en hidratos de carbono y puede contener entre un 7-8% de proteínas, mientras que la leche es un alimento rico en proteínas, aunque contiene más hidratos de carbono, en forma de lactosa, que proteínas.
Otras de las características incluyen que no se pueden mezclar proteínas con almidón, evitar comer fruta sola con el estómago vacío, evitar combinar frutas ácidas con frutas dulces, eliminar los límites de las porciones de alimentos que se pueden consumir, beber solo agua evitando ingerir alcohol y café.
Las dietas disociadas se tratan de consumir más proteínas y grasas de lo aconsejado o en ingerir poca energía. Se debe tener en cuenta que una mala alimentación es una de las principales causas de la aparición de enfermedades crónicas. La mayoría de este tipo de dietas prohíben el consumo de fruta después de cada comida, lo que disminuye la ingesta de este grupo de alimentos. Todo ello podría hacer que el estado nutricio se vea afectado a largo plazo.
Actualmente, es bien sabido que las enzimas actúan de manera uniforme e independiente de si los alimentos son ingeridos separados o en conjunto. Además, debe tenerse en cuenta que los alimentos cuentan con diversos nutrientes dentro de su composición ya sea con mayor concentración de uno y menor concentración de otro en alguno de ellos y, por tanto, no podrían disociarse tan fácilmente de sus nutrientes; sin embargo, siempre recomendamos escuchar tu digestión.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
Gimeno, E. (2002). Formas alternativas de alimentación. Offarm, 21(9), 88–94.
Murillo-Godínez, G, & Pérez-Escamilla, LM. (2017). Los mitos alimentarios y su efecto en la salud humana. Medicina interna de México, 33(3), 392-402.
Caorsi, L. (2019, 19 julio). Dietas disociadas: cinco preguntas con respuesta. Consumer.
López, V. (2020, 25 febrero). ¿En qué consiste la dieta disociada? Muy Saludable.
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