Adolescentes y comida rápida, ¿cómo afecta su salud mental?

Hoy en día la comida rápida es una de las más consumidas por las personas alrededor del mundo. Este tipo de alimentos generalmente son industrializados, cuentan con un alto contenido de hidratos de carbono, grasas y sal, se consideran nutricionalmente desbalanceados. Debido a estas características se le conoce como comida chatarra, además por su alto contenido calórico y su baja concentración de nutrimentos esenciales. Las bebidas carbonatadas o refrescos también se consideran dentro de este tipo de alimentos pues cuentan con azúcar añadida, algún ácido, colorantes y saborizantes.

La adolescencia es una de las etapas cruciales en las que se establecen patrones de alimentación que duran toda la vida. En la escuela, los adolescentes tienen acceso a diferentes tipos de comida chatarra a través de la cafetería o en algunos casos en máquinas expendedoras. El consumo de alimentos chatarra como golosinas, refrescos, pan dulce, caramelos, frituras, postres, etc. ha originado que niños y adolescentes sustituyan el consumo de verduras, frutas, legumbres entre otros alimentos saludables. Este tipo de alimentación ha mostrado tener un impacto negativo en la salud, pues no solo se relaciona con el desarrollo de sobrepeso, obesidad y sus patologías derivadas, ya que se ha encontrado que también puede afectar el sistema nervioso.

Se ha encontrado que el consumo de bebidas azucaradas y comida rápida afecta la salud mental de los adolescentes pues se relaciona con la aparición de estrés, ansiedad y tendencias suicidas. En este periodo de desarrollo es donde se suelen presentar más problemas de salud mental. Las conductas alimentarias son importantes para prevenir problemas de salud mental, sobre todo aquellas que involucran el consumo de alimentos benéficos para el sistema nervioso.

Hay estudios que indican que consumir bebidas azucaradas y comida rápida más de 3 o 4 veces por semana se asocia con un incremento del estrés. Los síntomas de depresión, aumentan con un consumo de 1 o 2 veces por semana de estos alimentos. Asimismo, la ingesta de bebidas azucaradas mas de 3 veces al día o más de siete veces a la semana, se relacionó con un aumento en los intentos de suicidio.  

La combinación de la ingesta de bebidas azucaradas y comida chatarra se asocia con una mayor presencia de estrés, depresión y comportamientos suicidas en comparación con un consumo independiente. Del mismo modo, un alto consumo de bebidas azucaradas y un bajo o alto consumo de comida rápida podría tener efectos negativos dependiendo de la dosis sobre el estrés, síntomas de depresión e ideación suicida.

Sin embargo, el estrés emocional y la depresión también generan un aumento en la ingesta de alimentos dulces y ricos en grasas. Por ello, los comedores emocionales suelen recurrir a los alimentos como respuesta a factores estresantes. Pero comer debido a emociones negativas puede ocasionar un empeoramiento en la salud mental.

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

Castañeda-Castaneira, E., Ortiz-Pérez, H., Robles-Pinto, G., & Molina-Frechero, N. (2016). Consumo de alimentos chatarra y estado nutricio en escolares de la Ciudad de México. Revista Mexicana de Pediatría, 83(1), 15-19.

Ra J. S. (2022). Consumption of sugar-sweetened beverages and fast foods deteriorates adolescents’ mental health. Frontiers in nutrition, 9, 1058190.

 

 

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