Hoy en día debido a las múltiples actividades que cada persona desempeña resulta difícil mantener horarios fijos para cada comida. Sin embargo, se ha manejado la teoría de que si se consumen alimentos muy noche pueden generar afectaciones a la salud como el incremento de peso, riesgo de diabetes o bien enfermedades cardiacas.
En los últimos años ha surgido evidencia de que el horario de las comidas puede incrementar el riesgo de desarrollar obesidad y síndrome metabólico. Se ha encontrado que aquellas personas que consumen más comidas al final del día presentan obesidad. Asimismo, la obesidad también se ha relacionado con la omisión del desayuno y comer por la noche y no solo con la cantidad de energía consumida. Un estudio encontró que las personas que su desayuno era más abundante que las demás comidas tenían una mejor pérdida de peso en comparación con las personas cuya cena era la comida más abundante.
Cenar a horas tardías puede significar un riesgo de obesidad y síndrome metabólico. Esto es, debido a que el sueño reduce el gasto energético y además, cenar a una hora aproximada a la de acostarse disminuye la tasa de oxidación de los nutrimentos ingeridos.
También se ha manejado que cenar tarde, es decir, poco tiempo antes de dormir (1 h), puede afectar el manejo de la glucosa y de los lípidos ingeridos generando una alza en las concentraciones de glucosa postprandial y una menor oxidación de grasas. Cenar tarde de manera habitual, después de las 8:00 pm, se ha asociado con un control glucémico deficiente en personas con diabetes mellitus tipo II. La cena tardía frente a la cena temprana en un entorno de vida natural altera la tolerancia a la glucosa después de la cena.
Una cena tardía también puede alterar las concentraciones de lípidos. La cena antes de acostarse retrasa y prolonga el pico de triglicéridos posprandiales después de cenar, para luego tener un pico más bajo después del desayuno. Esto es debido a que se generan variaciones diurnas en la digestión y absorción de lípidos intestinales, que alcanza su punto máximo en el período activo y luego disminuye.
Aunque no es sencillo cenar temprano con el estilo de vida actual de las personas, es importante que se haga un esfuerzo en cenar lo más temprano posible y que la cena sea la comida más ligera del día. Aunque recuerda que lo más importante para el control de peso es en realidad el requerimiento energético y la actividad física. Asimismo, es importante no acostarse inmediatamente después de la ingestión de los alimentos para evitar otros problemas como reflujo.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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Lopez-Minguez, J., Gómez-Abellán, P., & Garaulet, M. (2019). Timing of Breakfast, Lunch, and Dinner. Effects on Obesity and Metabolic Risk. Nutrients, 11(11), 2624.
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