El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y otros invasores. Se compone de una red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para proteger al cuerpo.
Al igual que otros sistemas del cuerpo humano, el sistema inmunológico se regula por factores ambientales y genéticos, que influyen en la salud y la enfermedad. Algunos estudios sugieren que los factores ambientales tienen una mayor influencia que los factores hereditarios en el desarrollo y función del sistema inmunológico. Entre los factores ambientales se pueden incluir el estrés, alteración del ritmo circadiano, exposición a agentes infecciones durante la infancia y la ingesta dietética.
El sodio, proveniente de la sal, es un mineral que se encuentra de manera abundante en la dieta occidental. Este sodio se obtiene principalmente de productos procesados. La sal proveniente de la dieta representa una fuente importante de electrolitos y forma parte del liquido extracelular. Las células que conforman el sistema inmunológico tienen la capacidad de infiltrarse en el espacio intersticial (espacio que se encuentra entre la piel y los órganos) de los órganos diana. Diversos estudios han demostrado que la sal puede acumularse en el intersticio lo que podría generar la modulación de la función inmunológica.
El exceso en el consumo de sodio por encima de la ingesta recomendada ha favorecido el aumento de los casos de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Del mismo modo, se ha sugerido que las enfermedades mediadas por el sistema inmunológico podrían verse favorecidas por un alto consumo de sal.
Se considera que la hipertensión sensible a la sal cambia de acuerdo con la ingesta de sal de cada individuo. Se estima que este tipo de hipertensión afecta al 30-50% de las personas con hipertensión y aproximadamente al 25% de las personas normotensas. Los factores predisponentes incluyen edad avanzada, ascendencia africana y sexo femenino. La acumulación de sodio en la piel se ha asociado positivamente con la presión arterial alta y la edad, además, es mayor en hombres que en mujeres, lo cual muestra que la presencia de sal en la piel podría ser un mecanismo importante en la hipertensión.
Asimismo, algunos estudios han evaluado la asociación entre la ingesta de sodio y otras enfermedades inmunomediadas, como la artritis reumatoide. Se ha visto que el consumo de altas cantidades de sodio se asocia con un mayor riesgo de artritis reumatoide, especialmente en fumadores.
Diversas investigaciones han demostrado que el papel de la sal en el organismo no se limita a la osmorregulación y el equilibrio de líquidos, pues también está relacionado con la regulación inmunitaria. El aumento de las concentraciones de sodio en las células inmunitarias puede influir en su función. Por tanto, la sal podría representar un modulador importante de los procesos de enfermedad. El aumento del almacenamiento de sodio en el intersticio está presente en diferentes condiciones fisiológicas y patofisiológicas en humanos, lo que sugiere que el almacenamiento de sodio es biológicamente relevante.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
Wilck, N., Balogh, A., Markó, L., Bartolomaeus, H., & Müller, D. N. (2019). The role of sodium in modulating immune cell function. Nature Reviews Nephrology, 15(9), 546–558.
Dowshen, S. (2009). Sistema inmunológico. Rady Children’s Hospital San Diego. Recuperado 27 de octubre de 2021.
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