El gluten es la proteína del trigo y está formado principalmente por gliadina y glutenina; es uno de los factores más comunes para desencadenar síntomas gastrointestinales. También es la causa de la respuesta del sistema inmune en personas con enfermedad celíaca. El único tratamiento del cual se tiene conocimiento para este padecimiento es una dieta libre de gluten. Sin embargo, esta restricción alimentaria también puede aplicarse para el tratamiento de otros trastornos, como la sensibilidad al gluten no celíaca.
Existen otros componentes alimentarios que pueden limitarse o evitarse en los tratamientos de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, como los oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables, o mejor conocidos como FODMAP. Estos compuestos se relacionan con una mala absorción a nivel del intestino delgado, la actividad osmótica y una fermentación rápida por parte de las bacterias. Los alimentos con un alto contenido de FODMAP se pueden encontrar en alimentos como frutas y verduras, leche y productos lácteos, legumbres y cereales. Pero, también es posible encontrarlos en el trigo y el centeno, lo que significa que el consumo de estos alimentos o sus derivados involucra la ingesta combinada de gluten y FODMAP.
Se ha sugerido que la conexión entre el gluten o los FODMAP y el sistema nervioso central (SNC) puede ser a través de la permeabilidad y la disbiosis intestinal. Lo cual podría ocasionar que la barrera hematoencefálica pueda verse afectada negativamente. Además, el desequilibrio de la microbiota puede ser un factor importante en la patogenia de la enfermedad celíaca. El paso de microorganismos y derivados a la circulación sistémica generados por la disbiosis puede aumentar la concentración de lipopolisacáridos capaces de atravesar la barrera hematoencefálica y activar células específicas provocando el desarrollo de neuroinflamación y daño neuronal. Además, la disbiosis puede contribuir a la modificación de proteínas como la transglutaminasa (TGM), que se encarga de regular el funcionamiento del eje intestino-cerebro.
Se ha identificado que existe un aumento significativo en el riesgo de trastorno del espectro autista, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, depresión, ansiedad y trastornos alimentarios entre los pacientes con enfermedad celíaca. Por lo tanto, se ha contemplado que evitar el gluten o bien, reducir su consumo podría ser beneficioso para mejorar los síntomas de depresión, ansiedad y cognición en personas con síndrome de intestino irritable, enfermedad celíaca y fibromialgia. Sin embargo, el efecto de una dieta baja en FODMAP sobre el desarrollo de estos síntomas aún no está del todo claro. Aunque hay distintos estudios que han indicado que la disminución del consumo de estos compuestos conduce a una mejora de la ansiedad y la depresión, aún no existe la suficiente evidencia para afirmarlo.
En el caso de enfermedades mentales, como esquizofrenia, se ha encontrado que evitar el gluten puede llevar a una mejora en la cognición.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
Clappison, E., Hadjivassiliou, M., & Zis, P. (2020). Psychiatric Manifestations of Coeliac Disease, a Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients, 12(1), 142.
Aranburu, E., Matias, S., Simón, E., Larretxi, I., Martínez, O., Bustamante, M. N., Fernández-Gil, M. D. P., & Miranda, J. (2021). Gluten and FODMAPs Relationship with Mental Disorders: Systematic Review. Nutrients, 13(6), 1894.
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