Las enfermedades crónicas no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares (ECV), cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas, se encuentran como la principal causa de muerte representando el 70% de las muertes a nivel mundial. Dentro de las principales causas de enfermedades crónicas no transmisibles se incluyen el tabaquismo, consumo de alcohol, inactividad física y una dieta inadecuada.
La ingesta de colesterol, ácidos grasos saturados y sodio, que están presentes en las carnes rojas y en la carne procesada, se considera uno de los factores de riesgo de trastornos metabólicos. Diversos estudios mostraron una asociación entre el consumo de carne roja y las ECV.
El consumo de carne procesada y la carne roja sin procesar son componentes importantes de la dieta de la mayoría de las personas. Suelen representar más del 40% de la ingesta de proteínas, el 42% de la ingesta de colesterol en la dieta y el 26% de la ingesta total de energía en adultos. Las carnes rojas y las procesadas pueden tener algunas diferencias nutricionales importantes, como el contenido de calorías, grasas específicas, sodio, hierro o aditivos, o diferencias en sus métodos de preparación que podrían producir efectos diferentes sobre el riesgo cardiometabólico.
En un estudio se encontró que el consumo de carnes procesadas se asoció con una mayor incidencia de cardiopatía coronaria y diabetes mellitus, con un riesgo 42% y 19% mayor, respectivamente, por cada porción de 50 g por día. Por el contrario, el consumo de carnes rojas sin procesar no se asoció con la enfermedad coronaria, pero sí tuvo una fuerte asociación con un mayor riesgo de diabetes mellitus. La cual puede afectar el control de su presión arterial y colesterol, que a largo plazo puede ocasionar un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otros problemas. Además, la diabetes puede influir en el flujo sanguíneo hacia las extremidades, que puede volverse más difícil.
Otro estudio evaluó la ingesta dietética y el riesgo de mortalidad por todas las causas y encontró que cada ingesta diaria adicional de 100 g de carne roja se asocia con el riesgo de mortalidad por todas las causas.
La evidencia sugiere que un alto consumo de carne roja y procesada afecta negativamente a la salud pública. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, existe una fuerte evidencia de que el consumo de carne roja y procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. Asimismo, estudios han demostrado la asociación entre el consumo de carne roja con el desarrollo de diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad de las arterias coronarias, los accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia cardíaca.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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