¿Sabías que, con la edad, el agua corporal empieza a disminuir, de un 70% de peso en la infancia a un 50% en las personas de la tercera edad, por lo cual los sistemas empiezan a disminuir su función?
El agua es uno de los nutrientes esenciales que ayuda al mantenimiento de los sistemas del cuerpo. Su concentración es de vital importancia para la eliminación de productos de desecho, para el funcionamiento de diversos sistemas como el linfático, cardiaco, gastrointestinal, urinario, entre otros.
Esta disminución de la concentración del agua corporal en personas mayores los hace ser más propensos a sufrir de deshidratación, sin embargo, no son los únicos que están expuestos a desarrollarla, ya cualquier persona lo puede presentar. La deshidratación es una disminución en la concentración de agua corporal total, la cual puede ser por dos causas, la primera por una pérdida de agua (hipertónica) o bien por una pérdida de sal (hipotónica).
Una deshidratación por pérdida de agua es consecuencia de una baja ingestión de líquidos o por una pérdida excesiva de agua por vía renal, mientras que una deshidratación por pérdida de sal es debido a una pérdida de agua y sal. Entre las principales causas de una deshidratación por pérdida de sal se encuentran vómitos, diarrea, sudoración, hiperventilación, hemorragias, ejercicio y un aumento en las pérdidas renales.
Entre los síntomas más comunes que se presentan en presencia de una deshidratación se encuentran dolor de cabeza, mareos cuando se levanta, sequedad en la boca, diarrea y pérdida de peso. Existen síntomas que se presentan de acuerdo con el grado de deshidratación. En una deshidratación leve se pueden presentar síntomas como dolor de cabeza, fatiga, debilidad, mareos y letargo. En una deshidratación moderada aparecen síntomas como sequedad bucal, producción deficiente de orina, frecuencia cardiaca rápida y disminución de la elasticidad de la piel. Cuando existe una deshidratación severa el cuerpo ya no es capaz de controlar la temperatura corporal, se inhibe la sudoración y no se disipa el calor lo cual se refleja con una fiebre, se genera un estrés cardiaco debido a que se debe mantener el flujo sanguíneo a todos los órganos vitales, se presenta confusión y deterioro de la función cognitiva y coordinación debido a una reducción del flujo sanguíneo al cerebro, además se puede llegar a desarrollar insuficiencia renal o infecciones urinarias por una disminución del suministro de sangre a los riñones o bien por poca o nula micción.
El agua es una parte fundamental del cuerpo humano, siendo de los componentes más abundantes, ya que ayuda a mantener los órganos vitales en un funcionamiento correcto, por lo que una disminución de esta alteraría las funciones de los diversos sistemas que conforman el cuerpo humano. A la disminución de la concentración del agua corporal se le conoce como deshidratación. La deshidratación puede afectar a todas las personas por igual, siendo las personas mayores las más afectadas. Existen dos tipos de deshidratación ya sea por pérdida de agua o pérdida de la sal. Entre los síntomas que se presentan en una deshidratación se encuentran dolores de cabeza, fatiga, vómitos, diarreas, entre otros. Para prevenirlo es necesario mantener una hidratación adecuada mediante el consumo de agua en cantidades adecuadas para cada persona.
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Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
Morley, J. E. (2015). Dehydration, Hypernatremia, and Hyponatremia. Clinics in Geriatric Medicine, 31(3), 389-399.
Miller, H. J. (2015). Dehydration in the Older Adult. Journal of Gerontological Nursing, 41(9), 8-13.
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