El aceite de coco se obtiene por método de prensión en frío de la pulpa del fruto (la parte blanca). Existen diversos métodos para extraer aceites, sin embargo, la única metodología recomendada en cualquier aceite es por extracción en frío (prensado en frío). El aceite de coco es 90% una grasa saturada, y no por ello debemos descartarlo, debido a que está compuesto en su mayoría por ácidos grasos de cadena media: el 45% es ácido láurico, contiene también ácido palmítico, esteárico y mirístico.
Digestibilidad de los ácidos grasos de cadena media
Los ácidos grasos de cadena media se digieren diferente, esta diferencia ha tenido aplicaciones importantes en el tratamiento de muchos problemas digestivos y metabólicos. Las moléculas de los ácidos grasos de cadena media son más pequeñas y, por lo tanto, se requiere menos energía y menor cantidad de enzimas para descomponerlas durante el proceso digestivo; es decir, se digieren y absorben rápidamente con un mínimo esfuerzo, ni siquiera son necesarias las enzimas pancreáticas que intervienen en la digestión de las grasas, puesto que los ácidos grasos de cadena media se descomponen casi inmediatamente gracias a las enzimas presentes en la saliva y los jugos gástricos, por lo que el páncreas recibe una menor sobrecarga, esto es una gran ventaja para personas con trastornos digestivos y metabólicos.
Es ideal para personas que tienen problemas de mala absorción de los alimentos o dificultad para digerir y absorber grasas y vitaminas liposolubles, se benefician mucho del consumo del aceite de coco, estas ventajas también son muy notables en personas que padecen diabetes y obesidad. Así que el aceite de coco fomenta la absorción de vitaminas y minerales, muy recomendado en personas de edad avanzada, ya que es justamente en la senectud cuando el páncreas no produce tantas enzimas digestivas por lo que el intestino no es capaz de absorber todos los nutrientes.
Otras de las grandes ventajas de consumir aceite de coco, es que se ha comprobado que ayuda en la absorción del calcio y del magnesio, así como de algunos aminoácidos, por lo que es un alimento que no debe faltar, sobre todo en la alimentación de personas que padecen osteoporosis u osteopenia.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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