Hoy día nuestro alimento: ¿Comida o veneno? – Parte 2

La mayor parte de lo que nos venden hoy día como alimento, es artificial, sintético, lleno de conservadores, aditivos, colorantes y sabores artificiales, hormonas y antibióticos.

Analicemos producto por producto de lo que consumimos con la comida:

• Arroz blanco refinado.
• Carne de res, cerdo, pollo, carne enlatada.
• Vegetales enlatados.
• Gelatina.
• Pastel o galleta.
• Refresco carbonatado enlatado o en polvo.
  
• Sándwich.
• Hamburguesa.
• Hot Dog.
  

El arroz blanco es procesado y despojado de su cascarilla, del salvado y del germen; esto quiere decir que el arroz integral se somete a varios tratamientos hasta obtener el arroz blanco, por lo que pierde la mayor parte de sus propiedades nutricionales, dejando únicamente el almidón, el cual puede elevar el azúcar en sangre considerablemente.

Algunas autoridades sanitarias advierten que un bol de arroz contiene una cantidad de carbohidratos que dobla a la de las bebidas azucaradas.

Estudios recientes de investigación en los Estados Unidos, han demostrado que el 100% de los becerros son criados para ternera, y el 95% de las aves criadas son engordadas con hormonas y antibióticos, al igual que sucede con los cerdos que como mencionamos anteriormente, es el productor de la triquinosis (enfermedad parasitaria provocada por la invasión de las larvas de triquina en los músculos del organismo y que se caracteriza por fiebre alta, dolores musculares y vómitos o diarreas; afecta al humano y a un gran número de mamíferos). Sabemos que los efectos de estas hormonas y de los antibióticos en nuestro cuerpo son el producto de la telarquia y de la susceptibilidad a las infecciones, ya que nuestro sistema inmunológico ya no reacciona a los antibióticos cuando es necesario el uso de ellos.

Si analizamos el alto consumo de carnes rojas en los países industrializados, vemos que es mayor el consumo de proteína que el recomendado por la OMS y la FAO, que es de un gramo por kilogramo de peso. El exceso de ingestión hace que el organismo recargue el trabajo en riñones e hígado, y haya deshidratación intracelular que trae como consecuencia ureas altas, albúminas y por ende, retención de líquidos e inflamación de los miembros inferiores y gota. La carne enlatada de mayor consumo es el jamoncillo o jamón picado o endiablado, y las salchichas que resultan ser más aditivos industriales y desechos de matadero (o piltrafa), que carne. Encontramos que los ingredientes son:

• Estómago de puerco.
• Jamón triturado.
• Corazones.
• Tejidos sólidos.
• Mondongo de res.
• Tejido de grasa.
• Bazo.
• Piezas de desperdicio del pollo.
• Agua.
• Vinagre.
• Sal industrial.
• Mostaza.
• Saborizante de ajo.
• Nitrato de sodio.
• Paprika.
• Dextrosa.
• MSG.
• Color de caramelo, etc.

Sabemos que los nitratos, nitritos sódico y nitrato potásico son los conservantes de alimentos más usados especialmente en: carne curada y productos cárnicos curados, carne salada para fijar el color rojo, salchichas de carne de cerdo, filetes de cerdo envasados, carne de pavo y jamón, salchichas de frankfurt ahumadas, tocino, jamón, lengua, carne procesada, carne enlatada y pizza congelada, queso, embutidos. Estos están asociados con nauseas, mareos, vómitos, vértigos, debilidad muscular, dolores de cabeza, desoxigenación de la sangre, pulso irregular, hipotensión, colapso del sistema circulatorio. Forman nitrosaminas en el estómago, los cuales se ha demostrado, que causan cáncer, producen gastroenteritis con gran dolor en el estómago.

La gran mayoría de la población en Estados Unidos y México, utiliza los vegetales enlatados individuales o mixtos, a los cuales se le añaden los siguientes ingredientes: agua, sal industrializada, (nitrato de sodio, anteriormente señalamos todos los problemas de salud ocasionados por estas sustancias), disodio E.D.T.A. (lo mencionamos cuando señalamos las carnes enlatadas), y cloruro de calcio que se usa para endulzar las gelatinas de fruta, como emulsificador y texturizante de cosméticos, en extinguidores de fuego, preservativo de la madera. La ingestión de todo esto, está asociada con disturbios significativos en el estómago y en el corazón.

La mayoría de las gelatinas que se consumen en los países industrializados, contienen los siguientes ingredientes: azúcar (refinada e industrializada), gelatina, sal (sabemos que es nitrato de sodio), ácido ascórbico, ácido fumárico, citrato de sodio, color y sabor artificial. Cuando señalamos los colorantes amarillo #5 y #6 en los jugos en polvo, hablamos de los azo-colorantes que crean hiperactividad -y en algunos casos extremos, contribuyen al autismo- en los niños  y reacciones a personas susceptibles a ser asmáticas entre otras. Todos los colorantes artificiales pertenecen al grupo de azocolorantes.

Todos los dulces o bizcochos de repostería son elaborados con ingredientes refinados e industrializados sin ningún valor nutritivo. Por ejemplo el azúcar blanca, harina blanca, margarina, colorantes y sabores artificiales.

Lamentablemente, hemos enseñado a nuestra población joven a utilizar en su mayoría este tipo de bebida, la cual carece de todo tipo de nutriente que sea favorable a nuestro organismo para mantenernos saludables como seres humanos útiles a nuestra sociedad. Este tipo de aguas contienen los siguientes ingredientes: azúcar, ácido cítrico, ácido ascórbico, colores y colores artificiales, fosfato de tricalcio, ácido málico, ácido fosfórico, cafeína, agua carbonatada, fructuosa de maíz, aceite de coco hidrogenado, citrato de sodio, citrato de potasio, benzoato de sodio. Este último está asociado con problemas de asma, urticaria y reacciones alérgicas. Esta alimentación que llevan a cabo los consumidores de los países industrializados, comparada con la que llevan las poblaciones los llamados países en vías de desarrollo, es abismalmente diferente. 

Concluimos que esta alimentación que utilizan los consumidores de los países no industrializados es mejor, por llevar un estilo de vida más acorde con las leyes naturales, utilizando los productos que ellos mismo cultivan en la tierra y de animales criados con productos naturales como la hierba, melaza, agua, sal, granos, cáscaras de frutas y verduras y no con antibióticos y hormonas.