Hoy en día sabemos que la alimentación juega un papel importantísimo en el mantenimiento de la salud o enfermedad; por un lado, hay alimentos que nos pueden ayudar a sanar y otros que nos van a enfermar.
Partiendo de esa premisa, en todo el mundo estamos viviendo una situación de pandemia respecto al COVID-19, pero también estamos lidiando con enfermedades crónicodegenerativas que elevan día con día la tasa de morbimortalidad. Ante toda esta situación, la revista The Lancet (Zhou, Ting Yu, Ronghui et al. 2020), publicó un artículo de investigación respecto a los factores de riesgo para el COVID-19, dos de ellos son problemas de salud muy frecuentes en nuestro país: diabetes e hipertensión. Y es justo en este punto donde debemos cuestionarnos: ¿qué estamos haciendo para evitar contraer la enfermedad? ¿Estás elevando o disminuyendo los riesgos?
La clave de todas estas enfermedades es la alimentación porque sabemos que está relacionada directamente con el sistema inmunológico, el responsable de que una enfermedad se manifieste o no, o bien, de la intensidad de esta. Por ello, aquí te pasamos algunas recomendaciones que es importante seguir en esta situación de pandemia:
*Recuerda que el eje central de la alimentación, además de nutrirnos es evitar debilitar el sistema inmunológico, para ello:
Proteínas.
Las proteínas son formadoras de leucocitos (glóbulos blancos), son células que forman la primera línea de defensa contra sustancias u organismos tóxicos que desatan las enfermedades. Pero también son formadoras de enzimas, estos catalizadores de nutrientes que ayudan a la correcta absorción.
Procura que en tu dieta no falten las proteínas de buena calidad. Recuerda que la OMS recomienda 1 g por kg de peso, independientemente del origen: vegetal o animal.
Vitamina D3.
La vitamina D3 está involucrada en la regulación de la absorción del calcio y el fósforo, pero también hay una estrecha relación con el sistema inmune por medio de la unión con receptores nucleares que activan factores de transcripción celular; estos receptores están vinculados con las células dendríticas, macrófagos y linfocitos T (línea de defensa del Sistema inmune) actuando como inmunorreguladora (Coronato, Laguens & Di Girolamo 2005).
Las dosis recomendadas de vitamina D3 van de los 1000 a los 4000 UI; ¡no olvides que los baños directos de sol breves por las mañanas, son sumamente importantes para activarla en nuestro organismo!
Prebióticos y probióticos.
Hemos hablado mucho sobre la incorporación de los probióticos en la dieta, incluso te hemos dicho que fungen como formadores de una barrera inmunológica a nivel intestinal. Pero debemos de recordar que éstos se alimentan de los prebióticos, y que sin ellos sería imposible mantener un equilibrio bacteriano a nivel intestinal. Por ello te recomendamos consumir alimentos fermentados, ricos en probióticos o suplementar; pero también deberás consumir alimentos ricos en fibra, como la linaza, avena, inulina, etc., para mantener una microbiota adecuada.
En el caso de la suplementación, es recomendable que la marca que adquieras contenga al menos 5 o más billones de unidades formadoras de colonias (UFC) en cápsula y que de esa cantidad sean al menos 7 cepas diferentes (bífidos y lactos).
Alimentos crudos.
En trofología mantenemos una premisa para la salud: alimentos crudos, y esto radica principalmente en la cantidad de enzimas que se aporta a nuestro organismo. Recordemos que las enzimas son catalizadores químicos de los nutrientes, es decir, ayudan a la correcta absorción y metabolización.
Procura que tu dieta sea de al menos un 70% de alimentos crudos en verduras y frutas frescas.
Evitar déficits de nutrientes.
El cuerpo funciona por medio de la alimentación, pues es su combustible principal. Evita dietas restrictivas en cuanto a nutrientes de calidad.
Pero ojo: lo que sí debes de restringir y que debilita tu sistema inmunológico, son: productos altamente procesados, azúcares y harinas refinadas, bebidas azucaradas, chatarra. Evítala.
Dormir bien.
El descanso adecuado favorece la homeostasis a nivel sistémico, es decir, permite que todos tus órganos funcionen adecuadamente. La falta de descanso genera estrés y el estrés eleva el cortisol que a su vez genera desajustes sistémicos que alteran el metabolismo y aumentan la proteína C reactiva, proinflamatoria; lo cual genera un ambiente ideal para el desarrollo de enfermedades (Rico Rosillo et al, 2018).
Y finalmente, no tenemos que decirte por qué, en estas condiciones, deberás evitar el alcohol y tabaco, recuerda que estas sustancias generan radicales libres que potencian a las enfermedades.
Referencia:
Zhou, Ting Yu, Ronghui et al. (2020) Clinical course and risk factors for mortality of adult inpatients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study. Revista The Lancet. Recuperada de https://www.thelancet.com/pb-assets/Lancet/pdfs/S014067362305663.pdf
Ready Children´s (Hospital San Diego) (n.d.) Sistema inmunológico. Artículo recuperado de https://www.rchsd.org/health-articles/sistema-inmunolgico/
Castellanos, E. (2008). LA NUTRICION, SU RELACION CON LA RESPUESTA INMUNITARIA Y EL ESTRES OXIDATIVO. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 7(4) Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2008000400017&lng=es&tlng=es.
Coronato, S. Laguens, G. & Di Girolamo, V. (2005). Acción de la vitamina D3 en el sistema inmune. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, 21(2) Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-02892005000200006&lng=es&tlng=es.
Rico Rosillo et al. (2018) Sueño y sistema inmune. Revista Alergia México 65(2):160-170. Recuperada de http://www.scielo.org.mx/pdf/ram/v65n2/2448-9190-ram-65-02-160.pdf
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