Comúnmente nos preocupamos por la calidad del aire, del agua, la limpieza de las superficies, que nuestros alimentos estén desinfectados, etc, pero nunca nos ponemos a pensar sobre los otros tipos de contaminación que no son visibles pero que existen y también nos afectan; estos son la contaminación electromagnética y la contaminación química.
Las emisiones generadas por uno o varios dispositivos tecnológicos de distintas funciones y frecuencias y todo el material químico que empleamos en nuestros hogares tanto para limpieza como de uso personal (y a veces hasta de construcción), insecticidas, etc., realmente no siempre son lo más conveniente para nosotros.
Sin duda, el desarrollo de la tecnología y las herramientas para lograr objetivos a corto plazo (sin pensar en el largo plazo) nos han sido útiles en diferentes ámbitos, pero también ha modificado el medio en donde habitamos no sólo los humanos, sino toda especie de animal y ser vivo, poniéndonos en una situación de bastante desventaja.
Contaminación electromagnética
La señal de televisión, la de radio, los celulares, redes de wifi y ahora la 5G, los hornos de microondas, son algunos de los ejemplos de contaminaciones ambientales energéticas que producen campos electromagnéticos “artificiales”, y todo ello repercute en la salud de los seres vivos. Estas señales llegan a ser patológicas cuando la exposición es prolongada y más o menos potente, ya que influyen en el desarrollo de diferentes tipos de cáncer, problemas neurológicos y otras patologías.
El cansancio constante, el insomnio, el estrés o la ansiedad excesivos, dolores de cabeza, pueden ser síntomas de un exceso de contaminación electromagnética.
Contaminación química.
Ahora por el lado de los químicos: usamos gran cantidad de sustancias de manera habitual, desde perfumes, desodorantes, detergentes, hasta líquidos para limpiar superficies, como cloros, aromatizantes, limpiadores de vidrios, y un largo etcétera. Todo esto está constantemente influyendo sobre nuestra salud por medio de la piel y de la respiración. El usar en exceso lociones o perfumes, cremas muy aromáticas y llenas de parabenos y otras sustancias tóxicas, el usar aromatizantes para el ambiente y también insecticidas de todo tipo, son actitudes que, sin darnos cuenta, contribuyen al deterioro de nuestro bienestar de maneras incontables.
No te contamos todo esto para espantarte o estresarte, sino para que tomes consciencia y puedas adoptar poco a poco nuevos hábitos mucho más saludables y que irán erradicando varias de las fuentes de contaminación en tu hogar y hasta en tu área de trabajo.
¿Qué podemos empezar a hacer?
- Deja tu celular en paz por ratos durante el día y aléjalo al menos a 3 metros de distancia, y más importante aún: no lo tengas cerca de ti durante la noche. De igual manera al poner a cargar su batería, asegúrate de alejarlo. Te recomendamos ver nuestro artículo sobre la higiene del sueño, en: ¿Cómo afectan los dispositivos móviles a nuestros horarios de sueño y nuestra salud?
- No uses el microondas.
- Procura tener el modem de wifi lo más alejado posible. Jamás lo tengas dentro de habitaciones de dormir y lo mejor es definitivamente apagarlo durante la noche. Si no estás durante el día en casa, mantenlo desconectado.
- Antenas o transformadores. Cuida que no haya transformadores cerca de tu casa, así como antenas, radares y cables de alta tensión, o en su defecto, que no estén muy cerca de ventanas de las habitaciones para dormir.
- Evita los insecticidas tóxicos. Existen muchos otros tipos y métodos naturales de ahuyentar insectos (incluso existen aparatos “atrapa-mosquitos”), usa pabellones de tela en las camas para dormir libres de picaduras y la molesta comezón. Te recomendamos ver este post donde hablamos sobre plantas que pueden funcionar como repelentes de insectos: Plantas aromáticas.
- Gira a lo más natural. No uses tantos líquidos químicos que solamente se emplean para aromatizar, ni en tu casa como en tí mismo. Busca las opciones más naturales y sencillas posibles tanto para limpiar como para aromatizar. Los aceites esenciales son una gran opción.
- Protégete del electromagnetismo. Existen diversos cuarzos, magnetos y elementos que ayudan a transformar el electromagnetismo artificial que nos daña, en iones naturales. Entre ellos están las lámparas de sal del himalaya, orgones, magnetos, almohadas y colchones con piedras y /o minerales, pulseras, anillos, aretes, collares que tienen cuarzos, magnetos y piedras que generan un campo protector para ti.
- Deja que corra el aire. Mantén ventilada tu casa y las habitaciones. Siempre que entres a tu casa después de esta estar cerrada, abre ventanas al menos por un par de horas. Algunos materiales, como granito y algunas cerámicas pueden ser fuente de gas radón y necesitamos mantener eso fuera de casa.
- Si tienes posibilidad de implementar un filtro de aire para que limpie y filtre constantemente, ¡qué mejor!
Con este tipo de detalles, poco a poco irás generando ambientes mucho más armoniosos y sanos para tí y los que te rodean. Es una aventura que nunca termina pero que definitivamente se disfruta muchísimo cuando conoces los beneficios que te van a traer.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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